Algunas consideraciones en relación a los Niños, Niñas y Adolescentes
En estos tiempos que vivimos, se ha vuelto muy recurrente el desacuerdo entre los padres y madres en vías de separación. Resulta bastante difícil lograr un acuerdo conciliatorio, razón por la cual se acude a los tribunales para hacer valer sus diferencias. Se aferran a sus posiciones sin dar cabida en su pensamiento al daño que están causando al hijo o hija que sufre, sin poder decir lo que les afecta, la conducta desarrollada por sus padres.
Los jueces, juezas y fiscales del Ministerio Público, realizan una admirable labor en la cual tienen como norte el interés superior del niño, niña o adolescente. Con esa visión, admiten causas, pruebas, desarrollan audiencias, debates, homologan acuerdos, y deciden, arribando a un final, que de otra manera hubiera sido imposible para las partes, dada la carga de profundas emociones variadas que las afectan.
Tenemos que agregar a las diferencias entre la pareja, el apego que se manifiesta desde la familia de cada una de ellas, la cual, con justificación o sin ella, defiende a capa y espada su lado, multiplicándose de esta manera las dificultades, que ya no son exclusivas de la pareja, sino que comprende todo el entorno familiar, lo que afecta de manera directa al niño, niña o adolescente en nombre de quien se inició la batalla.
En algunos casos, debido a la manifestación de algún tipo de violencia a la hora de recoger o entregar al niño o niña en el hogar de la madre, los jueces han decidido que lo mejor para ello, es elegir un lugar neutral, una “tierra de nadie”, en donde las partes puedan, ante la presencia de extraños, exhibir una conducta normal. Es así como las empresas de comida rápida y ciertas panaderías han venido a ser centro de encuentro para retirar o entregar al menor, de acuerdo al régimen de convivencia acordado.
Es importante que los padres y las madres que estén en proceso de separación y tengan hijos pequeños entiendan que no deben utilizarlos como pretexto, escudo o lanza para zanjar sus anhelos o decepciones o para revanchismos. Algunos de ellos no pueden hablar todavía. No pueden decir “por favor, no discutan más”. Pero su angustia se pudiera manifestar en desordenes de salud, erupciones, problemas en el habla, etc.
En el derecho actual, la prioridad la tienen los niños. Ellos “tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a desarrollarse en el seno de su familia de origen.” Los padres deben internalizar ese pensamiento y aún cuando sus diferencias sean insalvables, deben procurar el bienestar de su creación. Es el compendio de ambos. Es el fruto de una relación que no pudo continuar.